Para que haya un futuro posible no es suficiente que algunos sean generosos y depongan el discriminar. Lo que hace falta es que los patéticos ignorantes que, por inferioridad, se creen superiores a los otros y a la naturaleza, miren y se vean tal cual son.
Una vez superado el criterio ridículo del que se aferraron, por impotencia e incapacidad, estarán listos para percibir una realidad completamente diferente a esas cajitas dentro de las que permanecieron encerrados exclamando tontamente: "¡Éste es el mundo!"
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