domingo, 6 de mayo de 2012
El volcán Cumbre Vieja, de Las Palmas; Canarias
El volcán Cumbre Vieja de la isla de Las Palmas (Canarias) es un volcán de 6.000 Kms. de altura desde el fondo oceánico. Es el más activo de Canarias y uno de los más activos del planeta. En los últimos 500 años ha entrado en erupción 7 veces, la última de las cuales, acaecida en 1949, formó una falla a lo largo de la cresta del volcán que desplazó su flanco Oeste hacia el mar.
Según los datos radiométricos tomados por el Climate and Environmental Science Institute de Gif-sur-Yvette de París, esta falla es la primera que sufre el volcán en los últimos 25.000 años.
La fisura que amenaza uno de los flancos de Cumbre Vieja puede ser muy profunda.
Más recientemente, nuevos sistemas de fisuras se desarrollaron en el flanco Oeste del volcán, lo que sugiere que Cumbre Vieja se está dividiendo y que el lado Oeste se mueve hacia el mar, abombándose y amenazando con fracturarse; de llegar a hacerlo del todo, caería al mar una gigantesca masa de un volumen de entre 200 Kms³ y 500 Kms³.
El Benfield Hazard Research Centre de Londres predice que los efectos podrían ser catastróficos. El modelo informático diseñado por este Centro y por la Universidad de California, indica que las olas que se derivarían del impacto de semejante trozo de tierra contra la superficie del mar retendría una significativa proporción de la energía derivada de dicho impacto, propagándola más allá de las Islas Canarias hacia los Estados Unidos, Europa y Brasil, afectando a un total de 100.000.000 de personas.
Los tsunamis que recorren el mar a gran velocidad (950 km/h) para luego frenar y reunirse unos con otros, aumentan su peso según van llegando a aguas menos profundas. El modelo informático predice que entre 6 y 9 horas después de ocurrir el derrumbamiento en Cumbre Vieja, las olas, de un tamaño de alrededor de 50 metros, estarían golpeando toda la costa Oeste del Atlántico.
Horas antes de su llegada a América, las costas de Canarias, del Oeste africano y de Europa habrán sido barridas por olas refractadas desde la isla de La Palma, olas que podrán alcanzar los centenares de metros de altura.
Este fenómeno podría entrar a formar parte de un grupo raro pero amplio de sucesos geofísicos, al que pertenecen también las erupciones volcánicas gigantes y los impactos terrestres de meteoritos o asteroides.
La tasa de mortalidad como consecuencia de estas tres situaciones es teóricamente similar a la de estos episodios, y supera a todas las tasas cotidianas consideradas significativas, como los provocadas por catástrofes naturales o las plagas.
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